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Hands-off building: cuando en la innovación de negocio seguir es apostar y parar es invertir

Manuel García-Lechuz
Sr Business Builder
25 abr 2024
Cuando las estrategias de innovación comienzan a agotarse, cuando los tiempos "ágiles" no permiten detenerse a pensar dos veces, cuando las metodologías se convierten en el "cajón de sastre" de cualquier avance hacia la innovación y el aprendizaje por acción acumula tanta inercia que los proyectos se vuelven automáticos, es el momento preciso para detenerse y estudiar nuevamente. Esto es lo que llamamos Hands-off building: parar es invertir, seguir sin reflexión es apostar.
Estudiar es comprender, no memorizar
En innovación, estudiar significa profundizar con detalle en la normalidad para descubrir el verdadero valor de procesos, comportamientos, mecanismos o tendencias cotidianas. Este es nuestro punto de partida para avanzar: entender profundamente su origen, su impacto en la sociedad y el sistema de relaciones del que dependen. Así encontraremos su razón de ser y podremos diseñar un futuro sólido con ellas.
Herramientas para ganar tiempo en la innovación
Cuando el día a día de la innovación se debate entre mecanismos cada vez más complejos y la falta de tiempo para el análisis profundo, aparecen esfuerzos incompletos, soluciones superficiales o, como solemos decir, "aguas de borrajas". La realidad actual exige más que nunca una dedicación auténtica a comprender nuestro origen y destino. Trazar estos caminos desde la práctica innovadora suele chocar con estructuras demasiado rígidas, impidiendo que se genere valor auténtico y capacidad real de cambio debido a la falta de reflexión estratégica.
La convivencia equilibrada entre estos dos factores debe guiar el diseño del futuro. Cualquier herramienta que utilicemos debe fomentar una relación simbiótica que permita descubrir y aprovechar el valor más profundo desde el cual construir.
Trabajar por la sostenibilidad financiera de los negocios en España
Según el INE, casi la mitad (49,7%) de las empresas españolas de nueva creación no superan los cinco años, y la edad promedio de las que cierran apenas alcanza los 8,7 años. Ante este escenario, debemos resistir la tentación de la rapidez sin reflexión. Es vital recuperar el valor del estudio consciente para asegurar una adquisición sólida de valor a corto plazo, fundamental para sostener el crecimiento a largo plazo.
Desde Byld, nuestro trabajo con grandes corporaciones se orienta cada vez más hacia el equilibrio entre la brújula emprendedora del venture building y el mapa sistémico del diseño estratégico. Ambos enfoques nos permiten ordenar los territorios donde exploramos, construyendo nuevas realidades empresariales desde la reflexión, sin detenernos, pero siempre dedicando tiempo a pensar por qué y para qué hacemos lo que hacemos, buscando cada día hacerlo mejor.
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