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El Venture Building se ha hecho toda la vida.

Inés Lo Sardo
Growth & Business Development
10 abr 2025
Aunque sea difícil calcular cuántas corporaciones usan sus activos internos para crear nuevos negocios, sabemos que el 67% de las grandes empresas españolas cuenta con un vehículo de Corporate Venture Capital y que existen más de 50 venture builders en España, que trabajan con corporaciones de diferentes formas para ayudarles a acelerar la diversificación.
En este mundillo solemos utilizar conceptos como “new revenue”, “equity” o “Entrepreneur in Residence” como si fueran cosas nuevas que no se han escuchado antes. Mirando hacia atrás podemos darnos cuenta de que esto se lleva haciendo de forma orgánica mucho tiempo:
Las Bodegas Torres, una de las bodegas más antiguas de España, comenzó su andadura en 1870, especializada en la producción de vino. Sin embargo, a lo largo de las décadas, creado líneas de negocio adicionales en la producción de alimentos gourmet (como aceite de oliva y vinagre), así como ventures en la organización de experiencias turísticas alrededor del vino (enoturismo).

Otro ejemplo puede ser El Corte Inglés. Empezó como una tienda de sastrería y ha crecido de forma orgánica mediante la diversificación de negocio. Ahora abarcan desde la moda hasta la tecnología, la alimentación con su “Club del Gourmet”, hasta sus servicios financieros y aseguradores. Si bien no es una empresa pequeña hoy en día, sus inicios fueron modestos, y a lo largo del tiempo, ha diversificado enormemente sus actividades, adaptando su oferta al mercado.

Ambos casos son ejemplos de cómo grandes corporaciones aprovechan nuevas tendencias y necesidades del mercado para hacer crecer su negocio principal.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre la diversificación de entonces y lo que llamamos CVB ahora?
Lo que cambia no es el deseo de diversificar, sino cómo se hace. Hoy las empresas ya no improvisan: diseñan estrategias conscientes, usan metodologías estructuradas, y ponen en marcha equipos o partners externos especializados en construir nuevos negocios alineados con sus objetivos de innovación. Mientras que antes las empresas diversificaban de manera más orgánica, hoy las grandes corporaciones usan el venture building como una herramienta para acelerar su adaptación a un mercado cada vez más cambiante. Para ello tienen equipos especializados, o servicios de terceros, y objetivos claros en relación con su plan estratégico y los horizontes de innovación que quieran atacar.
Normalmente se busca crear nuevas ventures internas que puedan escalar rápidamente utilizando modelos como el lean startup, donde se validan ideas rápidamente en mercados pequeños antes de escalar. Esto además consigue reducir el riesgo asumido. También se promueve la creación de startups internas dentro de la estructura de la empresa, buscando no solo generar nuevos ingresos, sino también construir una cultura de innovación continua.
Aunque la diversificación de negocio se haya hecho toda la vida, el Corporate Venture Building busca que esta no sea un proceso improvisado, sino una estrategia que se integra dentro de la visión a largo plazo de la compañía.
En un entorno cambiante, ¿tiene sentido seguir improvisando la innovación o ha llegado el momento de estructurarla con cabeza?
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